El diezmo es una forma de recordar que Jehová es nuestra fuente de provisión y que lo que tenemos es un regalo de su gracia.
En la Ahora, hay una enseñanza que está ganando aceptación entre los cristianos, la cual afirma que alcanzar diezmos sin embargo no es un requisito en la actual iglesia del Nuevo Testamento. Se presentan varias razones para sostener esta posición. Dos de las razones más comunes son:
Aunque el diezmo se menciona más comúnmente en el Antiguo Testamento, asimismo se hace narración a él en el Nuevo Testamento, principalmente para enseñar sobre la importancia de la dadivosidad y del desprendimiento del aprecio al caudal. Aquí algunos versículos del Nuevo Testamento que tocan el tema del diezmo:
Pablo se vuelve al AT, a lo que luego hemos comentado antes, y dice: “¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al ara, del ara participan?
Es importante destacar que la entrega de los diezmos no debe ser aspecto como una obligación legalista, sino como un acto de adoración y obediencia voluntaria.
Los versículos relacionados con el diezmo en el Nuevo Testamento ofrecen una Director para los creyentes sobre cómo llevar la batuta sus posibles y contribuir al sostenimiento de la iglesia.
14 julio 2015 en 7:41 am Mi pregunta es » todo el antiguo testamento es la condición «abraham no diezmo por ralea pues no existía la ley aún yo diezmo y cada momento qe lo e dejado de hacer e pasado como la enfermedad a llegado a mi casa creó qe el diezmo es lo qe corresponde a Alá y no hay qe apañarse escusas el da la vida a el le corresponde y en mi corazón esta la orden y el anelo de diezmar por siento que ese dinero no me corresponde todos hablan de la clase pero no es lo mismo qe el diezmo ni el diezmo es parte de la condición demos lo qe no nos corresponde.
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Mientras que el Antiguo Testamento no contiene ningún argumento convincente que demuestre que el mandamiento para el diezmo continúa en el Nuevo Pacto, seis argumentos adicionales del Nuevo Testamento son utilizados por los defensores del diezmo.
Los seres humanos son criaturas inquisitivas involucradas en una constante búsqueda de significado. Esta búsqueda obsesionada de significado no es simplemente un intento por entender la unidad funcional y estructural del universo, sino una inquietud angustiante por descubrir el propósito de su existencia. La teología bíblica nos informa que nuestro origen se encuentra en un acto divino de creación y que fuimos puestos en este planeta por un enamorado Creador. Él le da pleno sentido a nuestra vida al permitirnos –entre otras cosas- colaborar con él en la Agencia del planeta. El diezmo constituye una alcoba angular en las relaciones entre el Creador y la criatura. La criatura reconoce por medio del diezmo no sólo al creador como dueño de todas las cosas, sino el propio significado de su existencia como mayordomo de las posesiones de ese ser Creador.
El beneficiario del diezmo en la religión varía según la tradición y la creencia. En algunos contextos religiosos, el diezmo se destina a los líderes religiosos y a las instituciones religiosas para ayudar el funcionamiento de la comunidad y financiar proyectos y actividades.
El primer argumento del Antiguo Testamento es una cita de Deuteronomio 25:4 de que a los bueyes se les permite comer mientras pisan el grano. El segundo argumento del Antiguo Testamento es la clave para las preocupaciones de los defensores del diezmo: “¿No sabéis que los que desempeñan los servicios sagrados comen la comida del templo, y los que regularmente sirven al altar, del versículos de ofrenda y diezmo reina valera 1960 ara reciben su parte?” (1 Corintios 9:13, LBLA) Esto parece ser una clara relato a la ayuda de los sacerdotes que servían en el templo, que fue colocado en la Ley de Moisés.
La Biblia no dice que el diezmo es obligatorio. Sin bloqueo, muchas personas sostienen que se proxenetismo de una ley que se encuentra en la Torá. La Torá es el nombre que se le da a los cinco primeros libros de la Biblia hebrea, asimismo conocidos como los Libros de Moisés. En estos libros se detalla la ley que Dios dio a su pueblo, Israel. La índole de los diezmos se encuentra en el segundo obra de la Torá, en el capítulo 23, versículos 20 al 21: «No retengas el diezmo de tu cosecha; dalo para que coman los extranjeros, los huérfanos y las viudas, para que el SEÑOR tu Alá te bendiga en toda obra que hagas.
6 Pero pida con Certeza, no dudando cero; porque el que duda es análogo a la onda del mar, que es arrastrada por el rumbo y echada de una parte a otra.